Mezcal Atado

Francisco Toledo fue un artista multidisciplinario, gracias a su incesante afán de crear fue dibujante, grabador, fotógrafo, ilustrador de libros, ceramista, editor y escultor.

Creía fielmente en el arte utilitario, una especie de vivir en una atmósfera de 360 grados y al mirar desde cualquier ángulo encontrar cosas que hablen sobre la vida misma ó la variada percepción de otros sobre ella. 

Considerado uno de los mayores artistas plásticos de México, fue reconocido como impresor, pintor, dibujante, escultor y ceramista.

Fiel Defensor de sus ideales buscó siempre transgredir la realidad y plasmar su propia cosmovisión a través de su obra siempre orgánica, a veces abstracta, a veces figurativa.

La naturaleza da sentido a su compendio imaginativo, monos, peces, cangrejos, murciélagos protagonizan sus lienzos.

Exploró varias técnicas y varias maneras de expresarse a través de su arte. Pensaba que el arte debía ser utilitario y que debía servir de algo a quien lo adquiere.

Ya contemplativo, ya utilitario; constituye un verdadero deleite mirar desde cerca su manera de concebir esa relación entrañable entre la naturaleza humana y animal. Para él; humanos y animales son uno con la naturaleza. A veces se les observa en una suerte de apareamiento, a veces solitarios: iguanas, sapos, murciélagos e insectos se repiten como una constante que enfatiza la belleza que no está asociada a lo convencional.

Sus papalotes serán un ícono de su bagaje por siempre, este artefacto propio de las infancias de antaño se convirtió en un referente de su material artístico.

Pintados al óleo ó en acrílico constituyen la fascinación de muchos coleccionistas que los atesoran como se atesora la libertad y la inocencia de una cálida niñez.

Nunca voy a olvidar aquella increíble fotografía en la que el “maestro Toledo” como muchos solían decirle, salió a la calle a volar papalotes en señal de protesta por los desaparecidos de Ayotzinapa.